Los síntomas típicos de alergia al polen de las plantas son:
Cuando, en general, estos síntomas se repiten cada año en la misma época, el diagnóstico de alergia toma más y más fuerza. Si los síntomas aparecen en la temporada en la que hay niveles altos de polen en el ambiente, esas molestias pueden ser por alergia a ese polen en concreto. Por ejemplo, si los síntomas aparecen en Diciembre, Enero o Febrero, pueden ser por alergia al polen de cupresaceas.
En Madrid por ejemplo, en este año hubo un alto pico en niveles de polen de Cupresaceas alrededor del 24 de Enero y otro el 14 de Febrero.
Para conocer los niveles de polen, en el momento actual y en meses anteriores, se puede consultar la página web http://www.polenes.com , y solo hay que marcar la región de donde deseas la información y las plantas cuyos niveles de pólenes te interesa conocer.
Una aproximación de la temporalidad de algunos pólenes, puede ser esta tabla para la zona centro de España.
Polen al que puedes ser alérgico |
Época en la que aparecen los síntomas naso-oculares o bronquiales |
CUPRESACEAS |
Diciembre – Enero – Febrero |
FRESNO |
Febrero |
PLATANUS ACERIFOLIA |
Marzo – Abril |
PARIETARIA |
Febrero – Marzo – Abril |
ABEDUL (Norte y zona de costa mediterranea, de España) |
Abril |
GRAMINEAS |
Abril – Mayo – Junio |
PLANTAGO |
Abril – Mayo |
OLIVO |
Mayo – Junio |
SALSOLA |
Mayo – Junio – Julio – Agosto |
CHENOPODIUM |
Agosto – Septiembre |
ARTEMISIA
(más en Extremadura y Andalucía) |
Agosto – Septiembre – Noviembre |
Fuentes: https://www.polenes.com y Red Española de Aerobiología (REA)
Esto se trata de una aproximación, ya que, cada año, el momento de polinización puede variar según la climatología.
Los síntomas de la rinitis alérgica son a veces parecidos a los de la rinitis infecciosa, pero hay algunos rasgos que, cuando aparecen, orientan más a rinitis por virus o bacterias. Estos son malestar general, fiebre, cefalea, mucosidad nasal amarillenta o espesa, mialgias o artralgias entre otros.
A veces, en los casos de alergia al polen aparecen síntomas bronquiales, junto con las molestias naso-oculares o de forma aislada, como son tos, sibilancias (silbido al respirar), disnea u opresión torácica, pudiendo tratarse de asma alérgico.
Para confirmar el diagnóstico, se debe consultar con un Alergólogo, médico especialista en las enfermedades alérgicas.
En la consulta con el médico alergólogo se te realizarán pruebas cutáneas (prick test). Estas consisten en aplicar en el antebrazo una gota de cada alérgeno, y hacer una pequeña punción con una lanceta en cada gota, de forma que si en esa zona de punción aparece una papula enrojecida, la prueba se considera positiva y puede ser que el paciente tenga alergia a esa sustancia.
Para decir que un paciente es alérgico a una sustancia, ademas de tener pruebas alérgicas positivas, tiene que tener una historia clínica concordante y, generalmente, apoyado por un análisis de sangre de inmunoglobulina (IgE) especifica a ese alérgeno con resultado positivo.
Es muy frecuente que algunas personas, tengan alergia a Proteínas Transportadoras de Lípidos (LTP) y/o a profilinas. Las LTPs y las Profilinas son lo que llamamos Panalergenos, es decir, son unos alérgenos que están tanto en el polen de las plantas como en los alimentos de origen vegetal.
Algunos pólenes y algunos alimentos, tienen en su composición proteínas comunes, esas proteínas, son los panalergenos. Por esas similitudes entre polenes y alimentos vegetales, muchos pacientes alérgicos a gramíneas, tienen también Síndrome de Alergia Oral (SAO) con algunos vegetales como pueden ser el melón, sandia, plátano, tomate y cítricos. Esto ocurre por tener alergia a las profilinas, unas proteinas comunes en vegetales y polen de gramíneas. Decimos en estos casos, que hay reactividad cruzada entre el polen de gramíneas y estos vegetales.
Otros pacientes tienen alergia a otro panalergeno que son las Proteinas Transportadoras de Lipidos (LTP). Puede tratarse, en ese caso, de un sindrome de LTP.
Estos son los distintos patrones de Sindrome de LTP:
El tratamiento consiste, por un lado, en tratar la reacción alérgica en el momento que ocurre, generalmente con anti-histamínicos, corticoides y/o adrenalina según el caso, y por otro evitar que ocurran nuevas reacciones. La prevención se realiza, evitando de forma estricta la ingesta del alimento al que se es alérgico, con las tremendas dificultades que eso conlleva. No obstante, hay nuevas opciones terapéuticas que habría que valorar según cada caso.
Se está investigando mucho sobre alergia a alimentos y sus posibles tratamientos, por lo que en los próximos años, mejorará sin duda la calidad de vida de estos pacientes.
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Dra. Belén de la Parte, Especialista en Alergología
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